La Ciudad de México es uno de los sitios más antiguos y enigmáticos del país. Sus calles fueron testigo de conquistas, grandes guerras, invasiones y matanzas estudiantiles. Algunos afirman la sangre derramada en estos eventos atrae fantasmas y almas en pena, que noche a noche cruza la Ciudad buscando el descanso eterno o, en algunos casos, venganza.
La calle de la Quemada
En el siglo XVI vivió una mujer de inigualable belleza, que atrajo la atención de un importante marqués italiano. Su amor por la chica se volvió enfermizo, ya que no podía soportar los celos que le provocaba ver a los demás hombres pretender el cariño de la muchacha, por lo que empezó a asesinarlos para eliminar la competencia.
La mujer, al ver las atrocidades cometidas por el marqués, decidió prenderse fuego para dejar de atraer al malvado pretendiente. Tras el incidente, los pretendientes se alejaron y la mujer fue llamada “la Quemada” y siempre utilizó un velo negro para cubrir su rostro.
Algunas personas aseguran haber visto su espíritu rondar las calles de su antigua casa, hoy conocida como Jesús María en el Centro Histórico.
La casa de Don Juan Manuel
La casa de Don Manuel se ubica en la calle de Uruguay, en el Centro de la Ciudad. La leyenda refiere que en la época colonial vivía Don Juan Manuel de Solórzano, un hombre que vendió su alma al Diablo para descubrir la infidelidad de su esposa. Tras descubrir el engaño, el Diablo cobró la deuda, llevándose del hombre.
Los vecinos de Uruguay aseguran que por las noches se aparece en el portón de la casa un hombre vestido de negro que pregunta la hora. Si los incautos responden, el espectro contesta: “Dichoso quien sabe la hora de su muerte”.
El Puente del Clérigo
Cerca de la Lagunilla vivía un sacerdote llamado Juan de Nava, quien cuidaba a su sobrina Doña Margarita Jáuregui. La belleza de la mujer conquistó a un caballero portugués, llamado Duarte Zarraza.
El romance entre los jóvenes inquietó al sacerdote, que investigó la vida del caballero, descubriendo que tenía una vida disipada, deudas y varios hijos bastardos.
Tras descubrir al portugués, el clérigo le prohibió a su sobrina seguir el noviazgo, pero hizo caso omiso para tener un romance furtivo. Al caballero portugués también le prohibió acercarse a la joven.
Una noche Duarte fue a casa de su amada para convencerla de escapar a Puebla para casarse, pero en el camino se encontró al sacerdote. Al ver frustrados sus planes, el joven le clavó un puñal en la cabeza, matándolo al instante.
Tiempo después del incidente en el puente, Duarte regresó a buscar a su amada, pero en el camino encontró la muerte. Los vecinos aseguran que el alma del clérigo acabó con la vida de Duarte, para proteger a la joven y vengar su muerte.
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Categorías:Entretenimiento
Qué buenas leyendas!!!
Gracias por compartir.
Descansen equipo de apoyovial
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¡Gracias! Lindo fin de semana
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