Editorial

Violencia y volante, accidente al instante III

Esta es la tercera entrega de Violencia y Volante, accidente al instante, tres artículos con los cuales intentamos describir algunas acciones cotidianas en la calle. En la primera hablamos sobre los conductores abusivos que cortan fila para ahorrar tiempo o te avientan el carro. La segunda abordó a los conductores agresivos, quienes van peleando con todos. En esta tercera parte, es momento de describir a los automovilistas agresivos con los peatones.

No ceder el paso

Este conductor evita ceder el paso a otros vehículos, incluso cuando le ponen las direccionales, prefiere arriesgar la fascia de su auto, antes de permitir el ingreso a su carril. Al observar esta conducta en un taxista, le preguntamos por qué lo hacía y su respuesta, luego de algunos segundos fue la siguiente:

“No sé, como todos lo hacen, ya es costumbre. Yo por eso ni pongo las direccionales, porque cuando ven que quieres cambiar de carril, hasta te avientan el carro”.

Regularmente las zonas de tránsito calmando, es decir las calles internas en las colonias o municipios, no cuentan con semáforos porque la prioridad la tienen los peatones y los ciclistas. No todos los automovilistas conocen esta regla y circulan por arriba de los 30 km/h permitidos, además impiden el paso a caminantes o ciclistas.

Salpicar

Este hecho de mala educación y violencia hacia los peatones, es muy común verlo en temporadas de lluvia, algunos conductores aceleran al momento de pasar por un charco y salpicar a las personas. Es importante mencionar que la mayoría lo hace por diversión y, aunque no ponen en riego a los peatones, suele afectar sus pertenencias y arruinarles el día.

Vídeo tomado de Youtube

 

Estacionarse en lugares exclusivos

Estacionarse en lugares como ciclo vías, banquetas, rampas o cajones exclusivos para personas con discapacidad está sancionado por la mayoría de los reglamentos de tránsito, en la Ciudad existen conductores que hacen caso omiso a esta regla y detienen ahí su vehículo, complicando la circulación de los demás, afectando sobre todo a quienes requieren de la rampa o un mayor espacio para realizar maniobras.

Con la intención de disminuir esta constante, queremos aclarar la diferencia entre lugar con preferencia y uno exclusivo:

Una vía o espacio con preferencia, se puede utilizar por todos, pero algunos tienen prioridad y, en caso de contar con su presencia, se debe ceder el espacio, pueden ser ciclistas, peatones, personas con discapacidad, de la tercera edad o mujeres.

Un área exclusiva, sólo puede ser utilizada por los vehículos o personas destinadas, sin importar si está desocupada. Es el caso de carriles exclusivos del Metrobus o cajones de estacionamiento.

Aventar el carro

Posiblemente es la conducta más violenta y riesgosa hacía el peatón y los ciclistas. Algunos automovilistas, cuando ven caminando personas bajo la banqueta, aceleran en dirección hacia ellos para asustarlos, hacerlos correr y brincar. No podemos deslindar de su responsabilidad al peatón, sin embargo no justifica la agresión.

En los casos donde una persona invade una vialidad, está permitido hacerle una señal sonora (no obscena ni abusiva) con el claxon, porque se considera como una advertencia hacia su seguridad, por lo cual, no te pueden multar.

Otros conductores desesperan cuando un ciclista lleva una velocidad menor ocupando todo el carril y le avientan el auto. Debemos mencionar que si en la vía no existen carriles exclusivos para bicis, tienen prioridad y, en caso desear o necesitar adelantar, los conductores de vehículo motorizado lo deben hacer por el carril izquierdo #AsíDeFácil.

Es complicado circular en vías tan concurridas como las de la Capital y, eso no justifica una manera agresiva y violenta al manejar. México está considerado como uno de los países más violentos en América Latina y, en el mundo, según el Índice Global de Paz, ocupa el lugar 144 de 164. Entonces ¿es necesaria la violencia al manejar? ¿vale la pena incluir enojo y molestia en nuestro viaje diario?

Dejemos de pensar un momento en la culpa del otro y analiza nuestras conductas: ¿por qué impedimos se incorporen al carril?, ¿en serio lograremos educar a otro conductor negándole el paso o lanzando una mirada retadora?, ¿cuánto tiempo ganaremos cortando fila?, ¿vale la pena arriesgar el auto por ganar esos minutos? las respuestas y el cambio de conductas dependen de ti.

@ApoyoVial ¡Trabajando para ti!

 

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