La noche del domingo 12 de noviembre, un terremoto de magnitud 7,3 en la escala de Richter sacudió la zona fronteriza entre Irak e Irán, causando la muerte de al menos 530 personas e hiriendo a más 7 mil 817.
De acuerdo con especialistas se trata del sismo con más víctimas fatales en todo lo que va de 2017, y se teme que el número de muertos podría aumentar. La mayor parte de los fallecidos están del lado iraní, donde se han reportado al menos 406 muertos, en su mayoría en la provincia de Kermanshah.
El movimiento telúrico se sintió en las ciudades iraquíes de Erbil, Sulaimaniya, Kirkuk y Basra, además de la capital, Bagdad, donde el sismo obligó a los habitantes a salir a las calles.
Al respecto, Jonathan Amos, corresponsal de ciencia de la BBC, dijo que el terremoto fue ocasionado por el choque entre las placas tectónicas de Arabia y Eurasia, las cuales se mueven con rumbo al norte un par de centímetros al año, por lo que los habitantes de la zona están familiarizadas con los movimientos telúricos.
De acuerdo con rescatistas, civiles aún siguen atrapadas entre los escombros, por lo que el número de víctimas podría aumentar en las próximas horas.
Las tareas de rescate se complicaron debido a la obstrucción de algunas carreteras rurales, lo que impide llegar a las poblaciones afectadas. Además, las comunicaciones telefónicas y el sistema eléctrico también quedaron interrumpidos en algunas ciudades.
La noche del lunes, el director del Departamento de Emergencias iraní, Pir-Hossein Kolivandel, anunció el fin de los trabajos de salvamento e informó que la mayoría de las víctimas eran residentes de Sarpol-e-Zahab, situada en la provincia de Kermanshá.
By BBC Internacional
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