En los últimos meses, la sismicidad en la Ciudad de México ha aumentado considerablemente, esto puede atribuirse a tensiones en la superficie acumulada por décadas o siglos y, en algunos casos, a la sobreexplotación de los mantos acuíferos, especialmente en las delegaciones Tláhuac, Xochimilco, Iztapalapa, Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero. La falta de agua provoca que el subsuelo colapse y se hunda, generando así pequeños movimientos del suelo (sismos).
Aunado a estos factores, algunos movimientos telúricos son generados por fallas geológicas de menor tamaño dentro del Valle de México, principalmente al poniente de la ciudad.
De acuerdo con la empresa Skyalert, los sismos fuertes (cercanos y lejanos) pueden ayudar a liberar la tensión acumulada en las fallas y fracturas del suelo de la Ciudad de México.
Detalló que es poco probable que los sismos con epicentro en la CDMX tengan una magnitud mayor a 4, debido a que la potencia se limita con el tamaño de la zona fracturada. Sin embargo, por la alta densidad poblacional y poca profundidad de los sismos, pueden representar un riesgo para los capitalinos.
En algunos casos el sismo es precedido por un sonido similar al de una explosión pero se trata del momento en que se fracturó la falla que provocó el sismo, por lo general estos sonidos se escuchan en las áreas más próximas del epicentro.
By @Skyalert
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Categorías:Editorial