Las balatas y el sistema de frenos son los principales elementos de seguridad del automóvil, ya que permiten disminuir o detener la marcha de la unidad a voluntad del conductor.
Para su correcto funcionamiento, las balatas y discos de freno requieren un mantenimiento periódico para determinar su vida útil, ya que están sujetos a desgaste por la frenada y la fricción.
El Centro de Experimentación y Seguridad Vial México (CESVI), recomienda revisar el sistema de frenos cada 15.000 a 20.000 kilómetros o cuando se produzcan ruidos o vibraciones.
Las principales señales que indican el desgaste o deterioro de las balatas son:
El aumento de la distancia de frenado
La causa común de esta falla son las balatas sucias o que se encuentren cristalizadas. En algunos casos, la falla ocurre cuando los discos están dañados.
El aumento del recorrido del pedal de freno
El aumento en el recorrido del pedal ocurre cuando el líquido de frenos se fuga, aire en el sistema o líquido de frenos en mal estado o con el nivel muy bajo). Esta falla también ocurre cuando las balatas están desgastadas, por lo que es fundamental sustituirlas.
Ruidos o vibraciones al momento de frenar
El Cesvi señala que si este error ocurre al momento de frenar, la causa se debe a un excesivo desgaste de la zona blanda de las balatas, que al contacto con el disco generan ruido fuerte. El sonido también puede generarse por balatas en malas condiciones Pes fundamental acudir al mecánico en caso de escuchar ruidos al frenar, ya que el daño podría agravarse y ocasionar accidentes de tránsito.
Además de estas señales, el automóvil puede presentar otros «síntomas» como: movimientos extraños al pisar el pedal del freno, el freno de mano se recorre más de lo normal y escuchar sonidos agudos al frenar.
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Categorías:Editorial