Un estudio realizado por el Centro de Experimentación y Seguridad Vial México (CESVI), detalla que el claxon es uno de los elementos de contaminación sonora más frecuentes en el mundo, superando a la voz humana. El sonido que emite la bocina genera 110 decibeles (db) lo que puede ocasionar lesiones severas en el oído medio.
El Centro señala que sonidos de 70 dB producen efectos psicológicos negativos en tareas que requieren concentración y atención, mientras que entre 80 y 90 dB puede producir reacciones de estrés, cansancio y alteración del sueño. El ruido entre 100 y 110 dB es denominado “umbral tóxico”, ya que puede ocasionar lesiones del oído medio, en este nivel se encuentra el ruido del claxon. Los ruidos superiores a los 120 dB entran en el denominado “umbral del dolor”, los cuales son insoportables y provocan sensación de dolor en el oído humano.
Para disminuir la contaminación auditiva y los efectos nocivos a la salud de la población las autoridades de la CDMX incluyeron en el Reglamento de Tránsito sanciones que van de los $1,433.6 a los $2,150.4 pesos a los conductores que generen ruido innecesario con las bocinas del auto o el motor.
Es importante recordar que el claxon no es una herramienta para apresurar al conductor de enfrente, sino para alertar a los peatones y automovilistas sobre riesgos en la carretera, señalizar nuestra circulación como vehículo prioritario y para avisar al conductor que nos precede la intención de adelantarlo.
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